En esta oportunidad quiero recomendarles el libro de
Edward de Bono: "Aprender a pensar"
Sin duda, pensar es la tarea más importante a la que debemos enfrentarnos los humanos, y es algo que, además, tenemos que hacer todos los días. Este autor ha dedicado sus estudios y experiencia a los procesos que utilizamos para pensar y cómo mejorar. Prestamos muy poca atención al pensamiento, sobre todo si tomamos en cuenta su importancia a la hora de resolver problemas, tomar decisiones, hacer planes y enfrentarnos a las cosas en general. Toda nuestra vida está basada en nuestro pensamiento, pero ¿cuánto tiempo le dedicamos a su perfeccionamiento?
El autor se pregunta: "¿Cómo se definiría un pensador eficaz? como alguien que tiene confianza en lo que piensa. no porque confía en que está en lo cierto o en que vaya a encontrar respuesta a sus problemas sino en que puede enfocar deliberadamente y a voluntad en la dirección que desee."
En su libro da algunos puntos para reflexionar y caminar en ese rumbo.
Quizás la respuesta a como sortear las dificultades generacionales sea aprender a pensar y tener confianza en el equipo. Muy de acuerdo :)
ResponderEliminarEl pensar se pone a prueba ante el perfeccionamiento, dado que nos moviliza a dejar de quedarnos en la comodidad de lo ya aprendido y nos desafía hacia nuevos conocimientos, a romper con viejas estructuras. Esto nos recordó el concepto de empresa creadora de conocimiento, que exige una innovación continua, para la cual es condición sine que non el poder cambiar las estructuras vigentes y realizar saltos hacia nuevos paradigmas, siempre en consonancia con lo que el entorno nos exige.
ResponderEliminarEl entorno se trata también de los diferentes paradigmas que nos gobiernan, y que aún conviven. El paradigma de la “mano de obra” y de “obedecer sin pensar”, con capataces que hacían todo el trabajo mental, ha quedado obsoleto en favor del paradigma del conocimiento, tal como explica Bauman en su obra Modernidad Líquida. Hoy, en el nuevo paradigma y parafraseando a Bauman, “el capital se mueve en un portafolios y en una notebook”. El conocimiento en cuanto aprendizaje, es generador de nuevas subjetividades: con lo que incorporamos creamos nuevos capítulos en nuestra historia. Así, el conocimiento es el combustible del mundo organizacional de la actualidad.